Por ejemplo, en el caso de que tengamos una alta probabilidad de sufrir un infarto al corazón y si somos sedentarios/as, fumamos y tenemos el colesterol elevado, podríamos hacer ejercicio físico, llevar una dieta más saludable y/o dejar de fumar.
De este modo podríamos pasar de tener un alto riesgo a un bajo riesgo, disminuyendo por tanto la posibilidad de que nos dé un infarto al corazón en los próximos años.
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