En la actualidad existen tratamientos para la depresión, la ansiedad y/o el consumo de riesgo de alcohol que son razonablemente eficaces. Sin embargo, muchas personas que sufren estos problemas de salud no lo saben o sus médicos/as no terminan de detectarlos, y por consiguiente, no reciben los tratamientos indicados.
A veces estos tratamientos son muy caros o poco accesibles (por ejemplo, las sesiones de psicoterapia), e incluso se pueden administrar inadecuadamente (por ejemplo, usando antidepresivos en dosis insuficientes o durante un tiempo demasiado corto).
Y por último, hay gente que abandonan los tratamientos antes de tiempo. Todo esto contribuye a que algunas personas que sufren estos problemas de salud, no terminen de mejorar o curarse.
La prevención de la depresión, la ansiedad y del consumo de riesgo de alcohol evita que estos problemas de salud se inicien; es decir, actúa como las vacunas, y desde este punto de vista, “prevenir es mejor que curar”.
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